Carabancheleando hasta el día de hoy

#carabancheleando surge de un proyecto del Observatorio Metropolitano con el que analizar qué está ocurriendo en las periferias urbanas en la situación de crisis actual, después del estallido de la burbuja inmobiliaria. Pero no de una forma genérica, sino centrándolo en una periferia concreta: Carabanchel. Nuestro barrio representaría una periferia más o menos típica, de rápido crecimiento a raíz de la inmigración del campo en la segunda mitad del siglo XX y la expansión de la ciudad; con zonas de una larga tradición marginal, otras de naciente gentrificación y algunas otras producto directo de la reciente burbuja. Pero además, Carabanchel tiene movimiento social y político: somos numerosos los colectivos y asociaciones que trabajamos en el barrio, aglutinando sensibilidades muy diversas que persiguen la justicia social, luchan por sus derechos y/o crean alternativas al orden imperante. Y así es posible plantear una investigación no desde arriba, para que unas pocas personas interesadas sepan más, sino que parta desde las gentes y los colectivos y que permita crear herramientas para cambiar situaciones injustas. Con esta perspectiva se acercaron a la Universidad Popular de Carabanchel… y a nosotras nos encantó.

Por el momento hemos colaborado en la realización de dos talleres de mapeo colectivo (I y II), así como dos paseos, uno para enfrentarnos a las fronteras del barrio (físicas y simbólicas, externas e internas…), y otro para acercarnos a uno de los barrios marcados de Carabanchel: Caño Roto.

Poniendo pegatinas

¿Y qué hemos aprendido hasta ahora? Pues habrá tantas respuestas como personas han participado, pero podríamos destacar algunas:

  • Hemos comentado las tendencias históricas que han afectado al barrio recientemente y la huella personal y urbanística que han dejado: boom demográfico y posterior envejecimiento de la población, luchas por derechos básicos, despolitización de colectivos y asociaciones, inmigración, nuevos movimientos sociales, etc.
  • Hemos percibido cómo el barrio está construido en muchas ocasiones como si de islas se tratase, a menudo con fronteras físicas y/o simbólicas entre ellas. Algunas son mega-manzanas de alguna orden religiosa (colegios religiosos en innumerables lugares del barrio), uso militar (Hospital Militar o Escuela Politécnica del Ejército) o de administraciones (cementerios, Finca de Vista Alegre); pero existen otras como las manzanas cerradas propias de la burbuja (con su piscina y patios solo exclusivos para los vecinos) y las colonias creadas alrededor de una zona industrial hoy desaparecida, en las primeras épocas del franquismo (Tercio Terol, Torres Garrido) o incluso antes (Prensa); sin olvidar las zonas más marginales (Camino Alto de San Isidro, Caño Roto, Pan Bendito), verdaderas islas dentro del barrio con sus propias dinámicas.
  • Hemos visto cómo la burbuja y la crisis inmobiliaria han afectado a esas islas de diferente forma: derribo de casas bajas unifamiliares para creación de manzanas cerradas, traslado de instituciones para lanzar grandes operaciones urbanísticas que a menudo se quedaron a medias (cuarteles de Carabanchel Alto, Cárcel de Carabanchel), abandono de antiguas instituciones represivas y creación de otras nuevas (Reformatorio y cárcel de Santa Rita, Cárcel de Carabanchel y CIE de Aluche), gentrificación de colonias (Tercio Terol), zonas industriales recalificadas para viviendas (Polígono de Opañel), que han dejado diseminados solares y numerosos bloques de viviendas sin terminar, etc. 
  • Hemos recorrido barrios que nacieron con la inmigración del campo a la ciudad, como Caño Roto, con un fuerte déficit de infraestructuras y servicios desde su origen. Y nos han contado algunas de las dinámicas urbanísticas y políticas que les afectaron (expropiaciones, derribos, viviendas de transición, viviendas de realojo, etc.), y cómo la lucha colectiva en las asociaciones de vecinos fue cambiando con ellas.

carabancheleando

Pero sobre todo hemos cobrado conciencia de la complejidad del barrio, tanto desde el punto de vista personal como colectivo: por un lado, la variedad enorme de experiencias que las personas tenemos con nuestro entorno cercano y que conforman nuestra historia personal, algunas coincidentes pero otras francamente particulares. Así, hemos oído muchas historias de barrio. Por otro lado, estamos conociendo a otros colectivos que están luchando por cambiar las cosas, a menudo de una forma paralela, pero independiente, sin que tengamos contacto entre unos y otros. Y cobrar conciencia de esta complejidad es un paso fundamental para crear complicidades y tejer redes. Lo que sorprende es que hayamos tardado tanto en comenzar un proyecto como éste.

Te invitamos a que participes cuando y como puedas. Volveremos en septiembre.

postits

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